Espíritus Enológicos, una bodega vinícola familiar que sigue funcionando de esa forma, lo que nos permite ser muy cercanos a elementos clave como el campo, la elaboración del vino, la crianza y la gente.
En la familia, el amor y afición por el vino tiene muchos años, primero como entusiastas y luego como pequeños productores, elaborando vino para los amigos, para algunos compradores privados y para algunos restaurantes. Con el tiempo comenzamos a sentir que nuestra gente nos favorecía con su preferencia y fue en un viaje de padre e hijos al Valle de Guadalupe en 2016 donde decidimos dar una evolución en esta historia y empezar el proyecto de Espíritus Enológicos.
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